Foto: Twitter | PresidenciaSV
Texto: Hugo León
Diez meses después de declarar una intensa lucha contra las pandillas en su país, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inauguró una enorme cárcel que se considera la más grande de América y, dada su capacidad, probablemente también la mayor del mundo.
Según los medios locales, la prisión podrá albergar a 40 mil reclusos, a quienes Bukele ha denominado “terroristas”, lo que representa el doble de la capacidad del centro penitenciario que hasta ahora es reconocido como el más grande del planeta, el de Marmara en Turquía, y se estima que su capacidad total podría ser aún mayor.
El presidente salvadoreño anunció el martes la apertura del centro penitenciario, llamado “Centro de Confinamiento del Terrorismo”, en un video donde lo mostraba recorriendo diversas áreas del penal.
La prisión fue erigida en una zona rural cercana a Tecoluca, a poco más de 70 kilómetros de la capital salvadoreña, y estará protegida por un gran contingente de más de 600 miembros de las Fuerzas Armadas y 250 de la Policía Nacional Civil, según datos del gobierno.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo abarca 116 hectáreas, de las cuales 23 están dedicadas a los edificios de la prisión. Este recinto cuenta con pabellones para el confinamiento de reos, un sistema de videovigilancia, controles de acceso que incluyen escáneres corporales, un cerco eléctrico de más de dos kilómetros y 19 torres de vigilancia.
El ministro de Obras Públicas de El Salvador aseguró que sería “imposible que un reo escape” del lugar, según reportes de la prensa internacional.
De acuerdo con las declaraciones del mandatario, en esta cárcel estarán las personas vinculadas a actividades terroristas y las condiciones en las que vivirán serán diferentes a las de una prisión convencional.
Se ha anunciado que los internos trabajarán en una fábrica ubicada dentro del penal, donde dispondrán de diversas herramientas para trabajos manuales y de construcción, que deberán realizar como compensación a la sociedad, con el fin de intentar reparar un poco el daño causado.
Los reclusos no saldrán de las instalaciones, ya que todos los trámites, audiencias judiciales y procesos de cualquier tipo se llevarán a cabo dentro de la prisión, evitando así intentos de fuga durante salidas temporales.
En la actualidad, El Salvador posee la tasa más alta de personas encarceladas en el mundo. Desde que Bukele inició la campaña contra las pandillas en marzo pasado, fuentes gubernamentales indican que casi 63 mil personas han sido detenidas, y la tasa de homicidios ha disminuido en un 57 por ciento en 2022 en comparación con el año anterior.