Texto: Amanda Montesinos
Generalmente, el desarrollo de una vacuna requiere años de investigación y ensayos clínicos antes de su implementación masiva. Sin embargo, en la actualidad, la comunidad científica está inmersa en una carrera para crear una vacuna segura y efectiva contra el Coronavirus, una pandemia que ha transformado todos los aspectos de la vida y cuyos efectos definitivos aún están por evaluarse.
Hasta la fecha, existen 13 vacunas en el mundo en fase tres (en pruebas de eficacia a gran escala) que, aunque podrían prevenir la infección por el virus, ninguna puede curar la enfermedad. Aproximadamente siete vacunas ya han sido aprobadas para su uso temprano o limitado; otras 58 están en pruebas clínicas con seres humanos, y alrededor de unas ochenta están en fase de investigación con animales.
Justo este martes 8 de diciembre, Gran Bretaña inició una campaña de vacunación dirigida a personas mayores de 80 años y trabajadores sanitarios con la vacuna de Pfizer y BioNTech, la cual fue aprobada por las autoridades para su uso en emergencias desde el 2 de diciembre pasado.
A finales de noviembre, Cuba anunció el inicio de la fase uno de pruebas para los candidatos vacunales “Soberana 1” y “Soberana 2”. Ambas han completado las fases de investigación necesarias en animales y han demostrado una respuesta inmunológica fuerte y efectiva contra el Coronavirus. Según el diario Granma, para el primer trimestre de 2021, “una parte significativa de la población cubana estará vacunada contra la COVID-19”.
Entre las vacunas en fase tres de ensayos (donde se prueba la vacuna en miles de personas, con un tiempo suficiente para determinar su efectividad y efectos secundarios), figura la estadounidense “Moderna”, que, con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., ha sido probada con resultados positivos en monos y fue la primera en ser administrada a humanos en marzo de este año. Desde julio, “Moderna” está siendo probada en 30,000 voluntarios, y los investigadores estiman que la vacuna tiene una tasa de efectividad del 94,1 por ciento.
El desarrollo de esperanzas adicionales se centra en la vacuna creada en colaboración entre la compañía sueca AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que se basa en el ADN de un chimpancé y se llama “ChAdOx1”. Esta vacuna logra inducir la producción de anticuerpos contra el Coronavirus, así como otras defensas inmunológicas. Se han publicado los resultados preliminares desde el 19 de noviembre.
La empresa Novavax, con sede en Maryland (EE. UU.), también lanzó ensayos en marzo para su vacuna, la cual se desarrolla a partir de la adhesión de proteínas a partículas microscópicas. Según informes, la Coalición para Innovaciones Epidémicas ha invertido más de 384 millones de dólares en este proyecto. Se espera que a finales de este mes comience la fase tres de ensayos clínicos a gran escala.
La compañía estatal china Sinopharm demostró la generación de anticuerpos en voluntarios. Desde el 14 de septiembre cuenta con la aprobación de las autoridades de su país para su uso de emergencia en trabajadores de salud. En noviembre, un representante de Sinopharm afirmó que casi un millón de personas ya habían sido vacunadas en China, aunque la fase tres de ensayos no se ha completado. Además, Sinopharm colabora con el Instituto de Productos Biológicos de Pekín para investigar otra vacuna que inactiva el virus.
Por su parte, el Gamaleya Research Institute, parte del Ministerio de Salud de Rusia, ha desarrollado una vacuna basada en dos adenovirus. Los resultados preliminares se publicaron en noviembre, indicando que el medicamento tiene una alta efectividad en su fase tres. Esta fase, originalmente planificada para dos mil voluntarios, se amplió a más de 40 mil en varios países, como Bielorrusia, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.
Medicago, una empresa canadiense, lanzó la fase tres de su vacuna el pasado 12 de noviembre. La compañía ha insertado genes del virus en una planta llamada “Nicotiana benthamiana”, relacionada con la producción de tabaco, y tiene un acuerdo con el gobierno canadiense para proporcionar 76 millones de dosis. Un estudio publicado encontró niveles prometedores de generación de anticuerpos contra el Coronavirus.
Además, en el hemisferio oriental, la empresa india Bharat Biotech, en colaboración con el Consejo de Investigación Médica de India y el Instituto Nacional de Virología, ha desarrollado la vacuna Covaxin. Los primeros estudios realizados en monos y hámsteres mostraron protección contra la infección en esos animales. Los resultados de las dos primeras fases no han sido publicados, pero un ejecutivo de la compañía indicó a India Today que entre el 85 y el 90 por ciento de los mil voluntarios generaron anticuerpos sin experimentar efectos secundarios graves.
Hasta ahora, solo en Gran Bretaña (Pfizer); China (CanSino Biologics, Sinopharm, Sinovac Biotech) y Rusia (Gamaleya, Vector Institute) se han aprobado vacunas para su uso limitado. Para la aprobación total, las autoridades sanitarias de cada país analizan los resultados de todas las fases del ensayo, aunque durante una pandemia tienen la facultad de permitir su uso en situación de emergencia. Una vez que las vacunas sean autorizadas por organismos internacionales, los investigadores seguirán monitorizando a los pacientes que las reciban para garantizar la seguridad y eficacia del medicamento.