¿Qué tanto conoces sobre la película «Cantando bajo la lluvia» después de siete décadas de su lanzamiento?

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Cantando bajo la lluvia se estrenó hace 70 años en 2022. Sin duda, el filme protagonizado por Debbie Reynolds y Gene Kelly es un clásico, muy popular en Cuba. Muchos de los programas cinematográficos de la televisión nacional, como Historia del cine o Tanda Joven, presentaban al icónico bailarín y actor que se sostiene de la farola tras interpretar uno de los números más emblemáticos de la película.

Para crear la magia de un clásico como este, hay muchos secretos que han permanecido ocultos con el tiempo. Algunos ya han salido a la luz, mientras que otros tal vez nunca serán revelados.

Como musical, el baile fue uno de los elementos que contribuyó a mantener la calidad del filme. Kelly había prometido a la joven gimnasta Debbie Reynolds que, tras Cantando…, sería una artista más completa, capaz de bailar como ninguna otra. Tanto fue así que años después, Reynolds afirmaría que las dos experiencias más difíciles de su vida fueron dar a luz a su hija Carrie Fisher y actuar en el famoso musical.

La relación entre Kelly, quien también fue codirector, coestrella y profesor, fue extremadamente exigente, con tantas tomas repetidas que la joven quedó marcada de por vida por esta experiencia.

Pero Debbie no fue la única estrella femenina que “sufrió” en pos del arte; la actriz Cyd Charisse también tuvo su dosis de exigencia en el filme, aunque en su caso, el sacrificio estuvo destinado a satisfacer el ego de la estrella masculina.

Resulta que Charisse era considerablemente más alta en tacones que Kelly, por lo que la escena en que ambos bailan juntos en las escaleras fue coreografiada para evitar que ambos aparecieran de pie en el mismo plano.

Otros miembros del equipo también compartieron sus experiencias respecto a las exigencias de sus especialidades. Por ejemplo, Walter Plunkett, encargado del vestuario en filmes como Lo que el viento se llevó, comentó que nunca había trabajado tanto para una película como lo hizo para Cantando bajo la lluvia.

El filme, codirigido también por Stanley Donen, retrata el paso de un actor del cine mudo al cine sonoro y, en el intento de mostrar que esto era posible y con gran éxito, la exigencia de Gene Kelly en el plató fue excepcional.

Curiosamente, es más complicado recrear tres décadas atrás que varios siglos en el contexto de películas de época: la audiencia de los años 50 todavía recordaba las modas de los años 20, por lo que el trabajo de investigación fue considerablemente mayor.

A esto se suma la visibilidad, la movilidad de los personajes y todos los cambios y roles secundarios: se diseñaron más de 500 trajes para la película.

Otros efectos añadidos para fortalecer el sentido musical y artístico de la cinta ocurrieron en postproducción, cuando Kelly reemplazó en muchas tomas el sonido de los zapatos de claqué de Debbie por otros, ya que, aunque quedaran bien en cámara, el sonido no le parecía perfecto.

Asimismo, en la escena de la lluvia se añadió leche a los rociadores para que esta se viera más clara en cámara. Existe la leyenda popular de que el famoso número de Cantando bajo la lluvia, en el que Gene Kelly canta “Singing in the rain”, se rodó en una sola toma. Sin embargo, esto es un mito: el número tomó varios días en lograr la perfección, en parte porque el actor tenía entre 38ºC y 39ºC de fiebre durante el rodaje.

Pero todos estos “pequeños” detalles valieron la pena; a siete décadas de su estreno, Cantando bajo la lluvia es considerada el mejor musical del cine estadounidense por el American Film Institute y está incluída en su lista “AFI’s 100 años… 100 sonrisas” en el puesto 16.º.

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