Vacunas contra el COVID-19: una apuesta de la ciencia en Cuba.

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Texto: Karla Castillo

La pandemia del coronavirus, las muertes, los millones de contagiados, la cuarentena y los rebrotes han mantenido al mundo concentrado en un solo objetivo: la vacuna que proporcione inmunidad contra la COVID-19.

Los especialistas advierten sobre la necesidad de ser cautelosos; el desarrollo de vacunas tradicionalmente puede demorar cerca de diez años hasta llegar a la producción masiva. Sin embargo, la urgencia ha llevado a reducir este tiempo a un mínimo de 18 meses para los estudios, siempre con el compromiso de no comprometer los estándares de seguridad.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el tres de noviembre, se estaban desarrollando 200 vacunas contra la COVID-19; de estas, un total de 47 se encontraban en la etapa clínica, lo que significa que ya han sido probadas en humanos, mientras que 153 están en la fase preclínica, aún en pruebas de laboratorio.

Entre las 47 mencionadas, 10 se encuentran en la fase tres, o final de prueba. Una de ellas, desarrollada por el grupo alemán BioNTech en colaboración con la farmacéutica estadounidense Pfizer, ha mostrado una eficacia superior al 90% en sus ensayos, superando así el umbral requerido por los reguladores de Estados Unidos, lo que la aproxima a la autorización para su producción masiva.

Entonces, ¿cuáles son las propuestas de la ciencia cubana?

Cuba ha desarrollado hasta el momento dos fármacos contra la COVID-19: Soberana 1 y Soberana 2, que ya se encuentran en fase de ensayos clínicos y forman parte de la lista de la OMS.

Soberana 1 fue el primer candidato vacunal presentado por la isla caribeña, considerado el número 30 a nivel mundial, y se convirtió en el primer candidato vacunal de América Latina y el Caribe en recibir autorización para llevar a cabo ensayos clínicos.

Desarrollada por el Instituto Finlay de Vacunas, esta vacuna es inyectable y se basa en la fórmula de la vacuna cubana contra la meningitis meningocócica, que ha mostrado eficacia durante casi 30 años. Combina esto con el antígeno RBD, que facilita la entrada del patógeno en las células humanas.

Los ensayos clínicos en humanos de Soberana 01 se iniciaron el 24 de agosto. Aunque inicialmente se informaba regularmente sobre el avance, la aparición de efectos adversos y la cantidad de voluntarios por edades, con el tiempo, la cobertura mediática ha disminuido, y los medios nacionales solo indican que siguen en pruebas, esperando concluir todas las fases para enero del año próximo.

Recientemente se dio inicio a la fase I de los ensayos clínicos de Soberana 2, una vacuna conjugada que genera una respuesta inmune protectora sólida, incluso a nivel mucosal, para prevenir la entrada del virus y fomentar una memoria inmune duradera, según lo reportado por la agencia Prensa Latina.

Asimismo, se ha informado que el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) está trabajando en un tercer candidato vacunal contra la COVID-19, la primera vacuna que no es inyectable y que se aplicaría por vía nasal.

En total, Cuba presenta tres propuestas para enfrentar al Sars-CoV-2, y se anticipa que para finales de 2020, la comunidad científica cubana registre un cuarto candidato vacunal contra la pandemia. Mientras tanto, Cuba, al igual que el resto del mundo, mantiene la esperanza de que una vacuna permita superar esta devastadora y prolongada pandemia.

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