Foto: Euronews
El panorama del envío de remesas desde Estados Unidos a Cuba se ha aclarado ligeramente después de que la semana pasada la compañía RevoluGROUP informara sobre su intención de ofrecer este servicio a partir del inicio del mes.
La noticia fue divulgada por los principales medios de comunicación estatales de la Isla, pero unas horas más tarde, estos mismos medios se vieron en una situación comprometida tras la declaración del Banco Central de Cuba (BCC).
“En este sentido, notificamos que ninguna institución financiera cubana, ni de ningún otro tipo, tiene un contrato o relación formal con RevoluGROUP, por lo que se desconoce la formalidad y seguridad de dichas transacciones. Reiteramos que el gobierno de los Estados Unidos mantiene las prohibiciones y medidas coercitivas impuestas en 2020 y 2021 contra entidades financieras cubanas”.
En este contexto, la nota del diario oficial Granma en su versión web aclaraba: “***Esta noticia fue actualizada tras la publicación de la nota informativa del Banco Central de Cuba el 4 de marzo de 2022***”.
Sin embargo, más allá de los entresijos comunicativos que rodean esta información, la realidad es que el tema de las remesas desde Estados Unidos a Cuba se encuentra en un limbo informativo, tanto por parte del gobierno estadounidense como del gobierno cubano.
Desde que en noviembre de 2020 se supo que se cerrarían todas las sucursales de Western Union en Cuba debido a las sanciones impuestas por el gobierno del expresidente Donald Trump, en 2021 Cuba experimentó la menor cantidad de ingresos por concepto de remesas, recibiendo 1,084.01 millones de dólares, en comparación con los 3,128.93 millones que ingresaron en 2019 a través de FINCIMEX, según datos de Havana Consulting Group.
A pesar de que el comunicado inicial de la empresa canadiense RevoluGROUP anunciaba que contaba con la autorización necesaria para operar desde su sucursal de Miami en Estados Unidos, muchos analistas y expertos opinan que la administración Biden no ha definido un programa claro para reanudar las remesas hacia Cuba de manera que beneficie a los ciudadanos cubanos, pero no al gobierno de la Isla.
“No se ve un camino claro. No hay ninguna garantía de que el dinero que ingrese a la isla no termine en manos del régimen”, comentó el analista e investigador asistente de Heritage Foundation, Mateo Haydar, a la Voz de América. Según él, hasta ahora el gobierno de Biden no ha dejado claro sus estrategias al respecto.
Por su parte, el gobierno cubano autorizó a principios del mes pasado a la entidad financiera no bancaria ORBIT S. A. para gestionar y procesar transferencias internacionales hacia el país, así como realizar pagos desde el extranjero por bienes y servicios.
Según la comunicación del Banco, esta entidad financiera no bancaria se constituyó en febrero de 2020 y, tras la aprobación de su licencia, tenía 15 días para su registro, pero se ha sabido poco más acerca de ella. En este sentido, muchas personas cuestionan la transparencia de la entidad, y es poco probable obtener información sobre cómo está dirigida o si ya ha comenzado a operar en la Isla.
Mientras se desarrolla esta situación, los ciudadanos cubanos con familiares en Estados Unidos deben recurrir a agencias de envío de dinero privadas, las cuales no siempre tienen disponible efectivo en dólares en la Isla. Como resultado, muchas veces el dinero que llega a sus familiares se entrega en pesos cubanos, que se evalúan a través del cambio entre el dólar y el peso cubano en el mercado informal.