Foto: RL Hevia
La crisis de combustibles que afecta a la Isla ha llegado a los aeropuertos internacionales, con interrupciones en el suministro de combustible aéreo anunciadas entre el 1 y el 8 de diciembre.
Este aviso fue compartido por la Embajada de Rusia en la Isla a través de su cuenta de Facebook, tras una notificación de las autoridades cubanas sobre la escasez del producto. Se instó a “los turistas rusos ya en la isla a mantener un contacto constante con su operador turístico”.
Además, la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia informó en su canal de Telegram que, para garantizar el programa de vuelos de sus aerolíneas hacia Cuba, se decidió temporalmente operarlos desde Moscú a los aeropuertos de La Habana y Varadero (y viceversa) haciendo una escala en el aeropuerto de Caracas para repostar, lo que añadirá cinco horas al tiempo total del trayecto.
“En beneficio de los pasajeros, se continúa colaborando con el Ministerio de Transporte de Cuba para solucionar el tema del reabastecimiento de queroseno para los aviones de las aerolíneas rusas en los aeropuertos cubanos”, destacaron.
Recordaron que los dos avisos emitidos por las autoridades de la aviación cubana sobre la falta de queroseno en los aeropuertos locales impactan a todos los transportistas sin excepción, aunque hasta el momento, otras aerolíneas no han hecho declaraciones oficiales sobre esta situación.
Respecto a Nordwind Airlines, señalaron que el comunicado de las autoridades de aviación en Cuba especifica que los aeropuertos no ofrecerán reabastecimiento de combustible, por lo que están a la espera de una confirmación oficial para operar un vuelo desde el Aeropuerto de Varadero a partir del 1 de diciembre.
Por su parte, Aeroflot declaró en un comunicado que “está al tanto de las interrupciones en el suministro de combustible en la isla de Cuba. El próximo vuelo regular de Varadero a Moscú, programado para el 30 de noviembre, se llevará a cabo según lo previsto, y el vuelo desde Moscú a La Habana está programado para el 1 de diciembre”.
Aunque ninguna autoridad cubana se ha pronunciado sobre el asunto, esto podría afectar significativamente la llegada de turistas rusos, que se encuentran entre los cinco principales emisores de visitantes hacia el país, lo que implicaría una caída (aún mayor) en la afluencia de turistas extranjeros a la Isla.