El Mundial de Fútbol de Qatar ha generado más de una controversia, incluyendo la trágica muerte de tres periodistas que estaban cubriendo el evento.
La Asociación Internacional de la Prensa Deportiva (AIPS) anunció este lunes el fallecimiento del fotoperiodista qatarí Khalid Al-Misslam, de 44 años. Además, hace tres semanas se reportó la muerte del británico Roger Pearce, de 65 años, y el pasado viernes se confirmó el deceso de Grant Wahl, un periodista estadounidense muy conocido, cuya familia ha expresado sus sospechas de que podría haber sido asesinado tras haber sido detenido por llevar una camiseta en apoyo a los derechos LGTBIQ+.
Al-Kass TV, el medio donde trabajaba Al-Misslam, informó que su fallecimiento fue inesperado y, aunque las circunstancias de su muerte no han sido esclarecidas, la AIPS indicó que no estaba laborando en el momento de su deceso y que la causa probable sería un ataque al corazón.
El 21 de noviembre, en el segundo día del Mundial, falleció el periodista británico Roger Pearce, quien era el director técnico de la cadena ITV y comenzaba a cubrir su octavo Mundial.
Según lo anunciado por el presentador de la cadena británica Mark Pougatch: “Roger era una figura muy respetada en la industria de las retransmisiones deportivas y fue fundamental para ITV en la planificación logística y la cobertura de la Copa del Mundo”.
Por otro lado, la primera muerte que fue ampliamente difundida fue la de Grant Wahl, un conocido periodista estadounidense de 48 años que falleció mientras cubría la prórroga del partido entre Países Bajos y Argentina el pasado viernes, a causa de “algún tipo de problema cardíaco”, según indicó su agente.
Días antes, a Wahl se le había negado la entrada a un estadio por usar una camiseta con el arcoíris en apoyo al colectivo LGTBIQ+, lo que resultó en su breve detención.
En un video, su hermano Eric Wahl relató que el periodista gozaba de buena salud: “Me explicó que había recibido amenazas de muerte. No creo que mi hermano simplemente haya fallecido. Creo que fue asesinado”.
Sin embargo, este lunes retiró sus sospechas y expresó su confianza en que las autoridades estadounidenses le proporcionen respuestas sobre las causas de su fallecimiento.
Los restos mortales de Wahl fueron repatriados a EE.UU. a solicitud de sus familiares para llevar a cabo una autopsia, y según el portavoz de la diplomacia estadounidense, el cuerpo no presenta signos de muerte violenta.