El arte de narrar historias: Titiriteros de Cuba | Noticias 360

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Foto: YouTube

La última emisión de Vivir del cuento ha sorprendido a los cubanos. Los actores de este popular programa presentaron una trama, titulada de manera provocativa Titiriteros, que se mofa de la censura impuesta por los funcionarios a la creación artística y lanzó mensajes que muchos consideran cruciales, especialmente tras las manifestaciones en Cuba del 11 de julio. Uno de ellos fue la frase que lució el personaje de Marlon en su pulóver: “No voy a esperar que las cosas cambien… yo ya cambié”.

El programa regresó a la televisión con fuerza, tras dos semanas «desaparecido» de las pantallas debido a «coyunturas del país», según una nota de Cubavisión Internacional. Esta pausa provocó una ola de descontento entre los televidentes, quienes atribuyeron la falta de Vivir del cuento a las declaraciones de Luis Silva en contra de la represión a los manifestantes del 11 J.

Lo cierto es que el programa volvió con un guión de Jaime Fort que ha sido considerado por muchos como uno de los mejores de su historia, por no decir el mejor. Se sabe que el libreto pasa por un riguroso proceso de aprobación antes de llegar a los televidentes, pero esto no resta valor a la valentía del guionista y el elenco de actores, que abordaron uno de los temas más delicados y actuales en la cultura y los medios cubanos: la censura, el temor de los funcionarios, el escaso conocimiento de los directivos sobre el arte, y la necesidad de reflejar en la televisión los verdaderos problemas del país, más allá de consignas, frases comunes y ordenanzas vacías.

El más reciente guion también ha sido un reflejo de las posiciones cívicas de varios de sus actores, incluyendo a Luis Silva, quien ha continuado abordando la realidad nacional a través de sus redes sociales, donde cuenta con miles de seguidores.

Los actores han sentido en carne propia los vaivenes de la censura y la incomprensión durante más de dos décadas en las que Vivir del Cuento ha permanecido en el aire. Uno de los episodios más complicados para el elenco fue la sanción a Andy Vázquez, quien interpretaba a Facundo Correcto; una medida que sin duda aceleró su decisión de establecerse en Miami.

Las opiniones sobre el reciente programa han sido mayormente positivas, tanto para los actores como para el guionista. Los televidentes han coincidido en que esta emisión refleja la actualidad, capturando el pulso de la realidad y sugiriendo con sutileza e inteligencia eventos que han impactado la isla y han llevado al gobierno a reconsiderar sus dinámicas con la ciudadanía.

El personaje de Isidoro, interpretado por Marlon Pijuán, ha adquirido un rol fundamental en el programa. Su activismo como miembro de la comunidad LGBT se refleja en el personaje, que representa a un joven comprometido con el cambio social y que promueve diálogos que van más allá de los reclamos de las minorías sexuales, abarcando otros ámbitos de la sociedad cubana.

La frase que lució en su pulóver no fue al azar; su trasfondo está íntimamente ligado al objetivo de este programa, que busca ser un espejo de la vida y la realidad cubana, utilizando como escenario un pequeño barrio de La Habana y las interacciones de sus vecinos, encabezados por el anciano Pánfilo.

Algunos han minimizado la importancia del programa, argumentando que actúa como una válvula de escape desde el oficialismo para disminuir la presión de las preocupaciones y conflictos de los cubanos. Todas las opiniones son válidas para el debate, pero es innegable que si existieran más espacios como Vivir del cuento, la televisión cubana sería diferente y los cubanos se sentirían representados en un sistema mediático que, en tiempos recientes, ha sido criticado por transmitir noticias o reportajes alejados (en algunos casos distorsionados) de la realidad del país.

“Vivir del cuento cumple funciones que deberían desempeñar la prensa y los noticieros”, comentó una usuaria en redes sociales tras el episodio Titiriteros. Esta reflexión podría explicar las razones por las que, después de 20 años, los cubanos siguen siendo convocados a no perderse el programa, que con esta nueva entrega ha aumentado el interés del público por las tramas que se aproximan lo más posible a la Cuba real.

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