Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha alertado que, aunque en la actualidad no hay escasez de alimentos en el mundo, el próximo año podría haberla si no se realizan ajustes en los suministros de fertilizantes desde ahora.
“En 2022 no enfrentamos un problema de alimentos, sino un problema de distribución”, señaló.
Guterres expresó en una conferencia de prensa este miércoles en la sede de la ONU que, si no se normalizan los mercados de fertilizantes, enfrentaremos una crisis alimentaria en 2023.
De acuerdo con el secretario general, el mundo ya enfrenta una situación dramática en cuanto a la seguridad alimentaria.
En este sentido, enfatizó la necesidad de establecer mecanismos efectivos que permitan a los países en desarrollo, que están en riesgo de hambre, acceder a los alimentos disponibles.
Además, hizo un llamado a eliminar las barreras para la exportación de fertilizantes rusos que no están sujetos a sanciones occidentales.
“Espero que podamos continuar contribuyendo de manera significativa a esta crisis global de seguridad alimentaria y que se logre normalizar el mercado de fertilizantes, permitiendo así que la siembra del próximo año se realice en niveles habituales, siempre que se eliminen los obstáculos a estas exportaciones rusas”, agregó.
Desde junio de este año, la ONU ha señalado que los precios están alcanzando niveles históricos y también ha destacado la escasez de fertilizantes como una de las razones por las que la falta de alimentos se está extendiendo desde el maíz y el trigo a todos los cultivos básicos, incluyendo el arroz.
Esto, según los informes de la propia ONU, podría tener un efecto devastador para miles de millones de personas.
En este contexto, el organismo global advirtió a principios de septiembre que Somalia se encuentra en un punto crítico, cerca de declarar formalmente la hambruna para más de 300,000 personas.
Según el organismo internacional, el número total de personas que sufren de hambre en el Cuerno de África supera los 20 millones.
