Texto: Mónica Fernández
La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados de España aprobó el 29 de junio una resolución no legislativa que solicita a los Estados Unidos el levantamiento del bloqueo impuesto a Cuba. Esta información fue rápidamente comunicada por el embajador cubano en el país ibérico, Gustavo Machín, y representa claramente una victoria política para Cuba, especialmente en el contexto de las recientes resoluciones en su contra, tanto del Parlamento Europeo como de Lituania.
No obstante, surge una serie de preguntas en torno a esta resolución: ¿cuál es su origen y por qué fue emitida? Dado que no posee carácter legislativo, ¿qué es lo que propone? Y, sobre todo, ¿en qué circunstancias se llevó a cabo su aprobación? Estas cuestiones son relevantes al momento de analizar la noticia.
La Proposición no de Ley relativa a levantamiento del bloqueo de los Estados Unidos de América sobre la República de Cuba (161/002732) fue planteada de manera conjunta por cinco grupos parlamentarios de diversas tendencias: socialistas, separatistas y nacionalistas. En concreto, participaron el Grupo Parlamentario Republicano de Cataluña, dos grupos nacionalistas e independentistas vascos (Euskal Herria Bildu y EAJ-PNV), el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, y el Grupo Parlamentario Plural, que agrupa a ocho partidos distintos.
La diversidad en la composición de los proponentes de la iniciativa ha sido considerada controvertida, y se interpretó como un desafío a los Estados Unidos, justo dos semanas antes del primer encuentro oficial entre los presidentes Joe Biden y Pedro Sánchez. Este encuentro se redujo a una conversación breve de apenas 29 segundos durante la Cumbre de la OTAN en Bruselas, lo cual suscitó numerosas burlas hacia el mandatario español.
El Diario de Sesiones del Congreso de Diputados del 29 de junio de 2021 incluye los debates a favor y en contra de la resolución, que fue aprobada con 21 votos a favor, 14 en contra y 1 abstención.
Entre los argumentos a favor de la propuesta, sus defensores mencionaron las votaciones anuales en la ONU, así como la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea y Cuba. Margall Sastre, del Grupo Parlamentario Republicano, destacó la relevancia de la solidaridad cubana, citando como ejemplo a la Brigada Henry Reeve, y calificó al bloqueo como un “intento de genocidio”.
Por su parte, el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común cometió el error de afirmar que Cuba ya poseía vacunas, argumentando que estas serían más efectivas que otras disponibles en el mercado internacional. Además, consideraron el bloqueo como un ataque a la soberanía de Cuba y de la Unión Europea, aludiendo a que Cuba necesita “más derechos políticos, más participación ciudadana en los asuntos públicos y más derechos sociales” en lugar de un bloqueo.
Sin embargo, no todos los políticos coincidieron con la resolución.
El Grupo Parlamentario Popular, representado por su portavoz Hispán Iglesias, reconoció la ineficacia del bloqueo, pero catalogó la propuesta como una injerencia en las relaciones entre Estados Unidos y España, especialmente ante la falta de un embajador estadounidense en el país. Asimismo, criticaron que la resolución refleja “un profundo desconocimiento del ordenamiento jurídico de Estados Unidos”. En lugar de oponerse, el Grupo Parlamentario Popular sugirió dos enmiendas: solicitar seguridad jurídica para los inversores españoles respecto a bienes expropiados por el gobierno cubano, y promover la democracia y libertades en Cuba. Estas enmiendas no fueron aceptadas por los proponentes de la resolución.
El representante del Grupo Parlamentario VOX, en un discurso mucho más crítico, defendió prácticamente la política del bloqueo afirmando que “Estados Unidos debe tener sus razones”. La intervención de Rosety Fernández de Castro fue, en su mayoría, una crítica al sistema político cubano, denunciando la pobreza en el país y los dobles estándares de la élite, que envía a sus hijos a estudiar al extranjero. Aunque su partido no presentó enmiendas, abogó porque la demanda de levantamiento del bloqueo esté supeditada a la democratización de Cuba y la convocatoria de elecciones libres.
Entonces, ¿qué establece la resolución aprobada por la Comisión de Asuntos Exteriores? Su contenido es muy claro: «Instar al Gobierno a realizar las gestiones necesarias para que, en sus relaciones con el Gobierno de Estados Unidos de América, le anime a llevar a cabo de forma efectiva el levantamiento del bloqueo económico, financiero y comercial a Cuba y a derogar cuanto antes las leyes Helms-Burton y Torricelli».
En la práctica, se trata simplemente de una declaración política que favorece al gobierno cubano en un momento de intensa crítica en Europa. No debemos olvidar que el Alto Comisionado Josep Borrell ya había confirmado en abril que en sus conversaciones con la Administración Biden trataría la inclusión de Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, y luego, en junio, dejó claro ante el Parlamento Europeo que “la posición oficial de la Unión Europea es estar en contra del bloqueo de Estados Unidos a Cuba”. Dado que España es parte de la Unión Europea, la resolución aprobada el 29 de junio es, por lo menos, reiterativa.
La ironía de la aprobación de esta resolución quedó de manifiesto en las palabras del portavoz del Partido Popular, quien durante el debate en el Congreso de Diputados expresó: “Después de meses sin contactos, sin embajador de Estados Unidos en España, y cuando la relación bilateral de pasillo no superó los 29 segundos, exigir al Gobierno de España lo que se le pide es inalcanzable. Ante este tipo de iniciativas, es necesario exigir un mínimo de realismo. Si no hay diálogo sobre Marruecos o sobre aranceles, imagínense sobre Cuba”.