Una década del estreno de la primera película de zombis en Cuba | Cuba Noticias 360

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Juan de los Muertos representó una revitalización en el cine cubano. Estrenada en 2011, esta película se consolidó como un verdadero horror movie, diversificando los temas del cine insular con una trama distópica y cómica protagonizada por dos personajes perdedores que se enfrentan a una horda de zombis y criaturas del inframundo, transformando La Habana en un campo de batalla de exterminio y supervivencia.

La historia, una coproducción entre Cuba y España, se centra en una invasión zombi que devastó La Habana, mientras corre el rumor de que los muertos vivientes están al servicio de los Estados Unidos, uno de los ganchos que utiliza el director para situar el contenido de la película en la realidad cubana.

En medio del caos y el terror que se apodera de los cubanos, Juan, un antihéroe en todos los sentidos, interpretado por el actor Alexis Díaz de Villegas, se ofrece junto a su amigo Lázaro (Jorge Molina) para acabar con los familiares infectados, bajo el lema “Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos”.

La película rompió con las convenciones de una parte importante del cine nacional, que históricamente se había enfocado en los conflictos relacionados con la emigración, la pobreza, la política y la marginación, además de los conocidos filmes de comedia que han sido populares desde los años 70.

La temática de Juan de los Muertos resultó innovadora dentro del contexto del cine insular, a pesar de que años atrás se habían producido algunas obras de temática similar, que permanecieron en un perfil más bajo y no contaron con el presupuesto, la promoción ni el impacto de esta cinta.

En Cuba, la película fue un fenómeno popular entre el público y en el ámbito cinematográfico. Las salas de cine se llenaban en cada función, y se reportaron incidentes como la ruptura de puertas de vidrio en cines de La Habana por el público ansioso por poder disfrutar del filme.

El recorrido internacional de Juan de los Muertos también fue notablemente exitoso. Ganó el premio a la mejor película extranjera de habla hispana en los Premios Goya 2013 y el segundo Premio del Público en el Festival de Cine Fantástico en Austin, Estados Unidos, entre otros reconocimientos.

Entre los aspectos más destacados de la cinta, además de las aclamadas actuaciones de sus protagonistas, se encuentra la apertura temática que propició en el cine cubano, demostrando que en la isla era posible crear cine de este tipo con la misma calidad que otras producciones iberoamericanas, manteniendo además las reconocidas señas de identidad cubana. Esto se ha convertido en una de las marcas distintivas de la película, que continúa abriendo caminos dentro del cine nacional, una década después de su estreno.

La película también tiene el mérito de abordar Cuba sin entrar en los diálogos típicos sobre la realidad y la política nacional de la manera convencional de otras obras centradas en este ámbito.

Los personajes navegan por el “tema Cuba” con un tono de diversión; sin embargo, nunca logran desvincularse del todo del contexto nacional y de la conflictividad social que lo caracteriza.

Su director, Alejandro Brugués, retrata Cuba de manera sutil y desafiante, pero sin permitir que esa reflexión eclipse la trama principal de la película, que se concentra en dos cubanos empeñados en sobrevivir las 24 horas del día, como tantos otros cubanos de este siglo y del pasado. Cuando se desata esta “epidemia de zombis” en las calles de La Habana, los protagonistas ven una nueva oportunidad para obtener ingresos a través de la eliminación de los infectados.

Juan de los Muertos es, en la actualidad, un referente significativo del cine cubano, que evidencia que es posible realizar este tipo de obras en la isla. La cinematografía cubana cuenta con cineastas jóvenes, o no tanto, que están interesados en explorar nuevos discursos, alejándose de las historias más recurrentes que durante décadas se centraron en la épica revolucionaria y sus opuestos.

Hoy, los nuevos proyectos que vinculan al ICAIC con grupos de cineastas independientes presentan propuestas innovadoras que abarcan diversos géneros, utilizando una perspectiva amplia y enriquecedora.

Su enfoque sobre la creación cinematográfica refleja una mirada universalista desde la cual pueden salir múltiples obras que expandan el presente fílmico nacional, generando diálogos con propuestas muy variadas dentro del circuito cinematográfico mundial.

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