Fotos: Roy Leyra
La situación alimentaria en Cuba es motivo de gran preocupación y afecta a gran parte de la población. El desabastecimiento, el mercado informal, los sobreprecios y las tiendas en MLC que ofrecen productos inaccesibles para muchos, complican aún más el panorama.
Escasez es la palabra clave. Los mercados agropecuarios presentan pocas opciones en sus tarimas, con la libra de arroz a 60 pesos cubanos, mientras que la carne (¿qué es eso?) se ha vuelto un lujo, y el pollo se ha convertido en el plato diario. Conseguir un plato de comida para una familia cubana se vuelve cada vez más difícil. ¿Puedes comprar en dólares o dependes de la libreta de abastecimiento? ¿Qué come una familia cubana?
“Pasamos mucho trabajo con la niña; nos ajustamos y comemos lo que sea. He podido comprar bastante pollo gracias a algunos amigos, así que no nos falta. Pero con la niña es diferente, es muy complicado para las meriendas,” relató Laura, una joven de 24 años que vive con su hija y su esposo, a Cuba Noticias 360.
“Ella tiene tres años. Le quitaron la compota ya, pero lo que consume son yogurcitos, y esas cosas sólo se encuentran en MLC. El salario de mi esposo va para pagar la luz y otras cosas de la casa, mientras que el mío lo cambio completamente para cargar la tarjeta de MLC y poder comprarle queso y otras cositas. El Estado me da leche, pero ella no la toma, entonces la cambio en grupos de WhatsApp por compotas o huevos, y así resuelvo,” añadió.
“La comida es siempre lo mismo. Y los niños no entienden; quizá tengan ganas de un dulce y no hay, pero si vas a la tienda en dólares, allí están. Intentan resolver con el polvo de batido, pero sin leche no sabe a nada. Algunos logran arreglarse por su cuenta, pero hay muchos que no tienen nada. Las tiendas… es una locura; llegas a las 5am y ya hay 40 personas en la cola, porque es un negocio,” comentó.
“Quizás decir que nos estamos muriendo de hambre sea una exageración, pero hay quienes se acuestan sin comer. Si te ponen un plato de comida que no te gusta, te lo comes porque sabes que no hay más nada, pero los niños no entienden eso. Mi hija es afortunada porque tiene lo necesario, pero hay niños cuyos padres no pueden comprar en MLC,” agregó.
Desde una cola, Annet se acercó a Cuba Noticias 360 y comentó: “¡Pollo, pollo, pollo! ¡No sé cómo lo hago ya! Las familias cubanas se alimentan como pueden. Aquí ya nadie come fibra porque no se puede; hay que hacer largas colas para conseguir algo, tratando de no enfermarse para sobrevivir.”
Algunos dependen de los módulos, combos o javas que les venden en el trabajo, con lo que “van tirando” hasta que la situación mejore. Sonia, por ejemplo, dice: “El cerdo lo compro en Artemisa; la última pierna la compré a 70 pesos la libra. Hasta ahora no he hecho colas; en las cuatro empresas que atiendo me vendían módulos de comida y aseo, pero ahora la cosa está más difícil. Solo en la agricultura de Artemisa he podido conseguir algo: un poco de arroz, frijoles, mayonesa, galletas, salsa napolitana y papas.”
“No he podido comprar por tuenvio.com; no sé muy bien cómo funciona y no tengo paciencia. Transferí dinero a una compañera de Divep y me compró un combo. Aún tengo pollo de unas cajas que compré en diciembre y enero, pero ya no van a vender más,” continuó.
“Mi familia es pequeña y aquí en La Habana somos tres casas: la de mi hermana, mi prima y la nuestra. Nos ayudamos y compartimos lo que tenemos. Mi mamá cocina muy rico y sabe ahorrar, yo no soy buena en la cocina, pero ella hace arroz frito, arroz con perro o con ahumados, se las ingenia,” comentó.
Para Daniela y su esposo, el panorama es desalentador: “Los niños cubanos, durante esta pandemia, comen mucho perrito, embutido, picadillo, pollo sin sabor -porque hay muy poca sazón para comprar. A quien le dan leche, inventa natilla si puede conseguir maicena, y compras yogur cuando lo encuentras.”
“La necesidad es mucha y debes marcar en las colas desde temprano para poder adquirir con suerte algún producto. Si compras pollo, a la semana siguiente no puedes, aunque se te acabe, porque escanean el carné y solo puedes comprar cada 15 días. Las colas son enormes y si tú no trabajas y tu marido sí, debes ir tú sola a la tienda. Si hay una familia de cuatro, todo se va más rápido. No hay nada para las meriendas, ni helados ni yogures, y así es como intenta alimentarse la familia cubana, no hay otra forma,” afirmaron.