Revlon, el gigante estadounidense de la cosmética, ha anunciado su bancarrota al declarar que no puede cumplir con sus deudas que ascienden a 3,700 millones de dólares.
De este modo, la empresa ha decidido acogerse a la legislación concursal (conocida como capítulo 11 en EE.UU.) en un tribunal de Nueva York.
Revlon, que es propiedad del multimillonario Ron Perelman, “informa que tiene activos valorados en 2,300 millones de dólares, lo que resulta insuficiente para cubrir sus deudas actuales. La compañía cerró el año 2021 con ingresos de 2,079 millones de dólares y pérdidas de 207 millones. En el año anterior, las pérdidas superaron los 600 millones y ha estado reportando números rojos en varios ejercicios”, según informa el diario español El País.
Este proceso de bancarrota permitirá a Revlon seguir operando mientras reestructura su capital.
De acuerdo con El País, la compañía ha conseguido una financiación de 675 millones de dólares y tiene planes de continuar operando con normalidad mientras renegocia su deuda.
Durante la pandemia de Covid-19, la empresa sufrió un duro impacto en sus ventas, además de enfrentar problemas en la cadena de suministro y una alta inflación, que han incrementado sus costos más allá de lo que ha podido lograr en ventas.
Asimismo, nuevas marcas que son más activas en redes sociales y que cuentan con celebridades como Kylie Jenner o Rihanna han entrado en el mercado, lo cual ha llevado a Revlon a perder cuota en el sector.
Debbie Perelman, la hija de Ron Perelman, es la directora ejecutiva de la marca y se ha convertido en la primera mujer en ocupar este cargo en los 90 años de historia de la empresa.
”La demanda de nuestros productos por parte de los consumidores continúa siendo fuerte: la gente ama nuestras marcas y aún tenemos una posición de mercado saludable. Sin embargo, nuestra compleja estructura de capital ha restringido nuestra capacidad para enfrentar los desafíos macroeconómicos y satisfacer esta demanda”, declaró la ejecutiva en un comunicado divulgado por El País.
El artículo también menciona que “la presentación del capítulo 11 permitirá a Revlon reorganizar de manera estratégica su estructura de capital heredada y mejorar sus perspectivas a largo plazo, especialmente en medio de las restricciones de liquidez causadas por los continuos desafíos globales, que incluyen la disrupción de la cadena de suministro y el incremento de la inflación, así como las obligaciones hacia sus prestamistas”.
Revlon, el gigante estadounidense de la cosmética
La compañía fue fundada en Nueva York en 1932 por los hermanos de origen judío estadounidense, Charles Revson y Joseph Revson, junto con el químico Charles Lachman, de quien deriva el nombre de la empresa.
El gran éxito de su esmalte de uñas, presentado como su producto inicial, fue seguido por el lanzamiento de barras de labios, convirtiéndose, tras la Segunda Guerra Mundial, en el segundo productor de cosméticos de EE.UU., solo detrás de Estée Lauder.
De esta manera, comenzó la expansión internacional de Revlon, acompañada de una carrera de adquisiciones que transformaron a la compañía en un gigante global de la cosmética.
En un controvertido movimiento en 1985, el holding de Perelman, MacAndrews & Forbes, adquirió Revlon y posteriormente, en 2016, compró Elizabeth Arden, otra de las marcas más pioneras, innovadoras y eficaces dentro de la industria cosmética.
Desde entonces, Revlon “ha tratado de cumplir como ha podido con sus compromisos financieros. El propio Perelman ha intervenido en ocasiones para inyectar capital en la compañía con el fin de evitar la bancarrota. Hasta ahora”, concluye el medio español.