La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha presentado un nuevo sistema en sus aeropuertos para facilitar las llegadas a este país. Este método, centrado en la verificación biométrica, tiene como objetivo reducir las filas de espera para la autorización de entrada.
Se trata de la ampliación de la tecnología biométrica, con el fin de ofrecer una mayor seguridad y disminuir las verificaciones de todos los documentos necesarios para ingresar a Estados Unidos.
El proceso utiliza reconocimiento facial biométrico y se ha extendido a todos los viajeros que lleguen al país. Anteriormente, solo se aplicaba en ubicaciones de salida seleccionadas en algunos aeropuertos, pero debido a la situación crítica generada por la pandemia del COVID-19, el CBP aceleró su implementación, denominándola “Llegada Simplificada”.
La verificación se realiza en un único momento, cuando los viajeros que llegan al país deben, por ley, comprobar su identidad antes de ingresar presentando sus documentos de viaje.
Anteriormente, el proceso involucraba la revisión y consulta de todos los documentos necesarios para la entrada legal a Estados Unidos, así como la obligación de obtener la foto del pasaporte o la visa del viajero y compararla con la imagen capturada unos minutos antes en el punto de inspección.
El nuevo procedimiento optimiza y amplía el uso de la comparación facial biométrica tanto en la entrada como en la salida del país, haciéndolo de manera más eficiente. Esto también responde al mandato del Congreso estadounidense, que requiere el registro biométrico de todas las llegadas y salidas de no ciudadanos estadounidenses, al tiempo que mejora la experiencia de los viajeros al reducir los tiempos de espera para la verificación de documentos, todo ello sin contacto directo.
Ante las inquietudes sobre la recolección de datos y posibles violaciones a la privacidad de los viajeros, las autoridades han advertido que se implementarán medidas para proteger la privacidad al máximo; así, se limitará la cantidad de información de identificación utilizada. Tanto los ciudadanos estadounidenses como los extranjeros que no están obligados a proporcionar sus datos biométricos podrán optar por no participar en este nuevo proceso.