Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Hugo León
Debido a dos fugas en una tubería del sistema “Quintero”, que suministra agua a más del 80 por ciento de la ciudad de Santiago de Cuba, una gran parte de los ciudadanos de la localidad enfrentará problemas en el abastecimiento de agua que podrían extenderse por más de dos semanas.
Según lo informado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado Aguas Santiago, actualmente más del 80 por ciento de la ciudad “presenta en estos momentos un déficit en la entrada de agua, a raíz de dos fugas localizadas en una tubería exterior de mil mm que transporta el agua desde los embalses hasta la planta potabilizadora”.
Por el momento, “se está evaluando el mejor momento para realizar la interrupción de la misma” con el fin de solucionar el problema de las fugas, aunque no se ha especificado cuándo comenzarán los trabajos.
Mientras tanto, la misma empresa indica que los ciclos de distribución de agua se verán afectados entre dos y seis días para las zonas menos afectadas; por otro lado, más de 50 mil viviendas estarán sin servicio entre nueve y 11 días, y muchas otras podrían experimentar un periodo de hasta 19 y 20 días entre cada ciclo de abastecimiento.
La Empresa también reconoce que en la actualidad, algunas áreas de Santiago ya llevan más de un mes sin suministro de agua. En efecto, hay barrios como Nuevo Santiago que han estado 35 días sin suministro, el Barrio Litoral 43 días y el Barrio Marmolosa 41 días.
Contrariamente, Santiago de Cuba es considerada por las autoridades cubanas como la segunda provincia que más recursos destina al servicio de abastecimiento de agua.
Entre las justificaciones más comunes se encuentran las constantes roturas en las redes de suministro, las fuentes de agua cada vez “más deprimidas”, y la crisis energética del país, que limita el tiempo de operación de las estaciones de bombeo de agua.
Esta situación se repite a lo largo de toda la isla, por lo que se estima que más de un millón de cubanos no tiene acceso a agua potable de manera estable y continua.
La llamada “voluntad hidráulica” del gobierno cubano ha chocado con la realidad de la crisis: sin financiamiento adecuado, ni inversiones extranjeras a largo plazo y con escasez de combustible y energía eléctrica, se ha vuelto imposible proporcionar un servicio que al menos sea aceptable para la población.