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En las últimas semanas, la atención se ha centrado en el brote de viruela del mono, enfermedad que provoca erupciones cutáneas inusuales, fiebre y otros síntomas similares.
A lo largo de mayo, varios países han confirmado casos de esta enfermedad, incluidos el Reino Unido, Portugal, Italia, Estados Unidos y España, siendo este último el territorio no africano con mayor incidencia.
Siete comunidades ya han reportado casos sospechosos y/o confirmados de esta viruela no humana.
País Vasco, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia son las cinco últimas comunidades autónomas que han reconocido la presencia de la enfermedad, sumándose a Canarias y Madrid, que fueron las primeras en identificarla.
Hasta el momento, el Ministerio de Sanidad ha registrado 30 casos de viruela no humana, de los cuales en solo siete se ha confirmado que se trata efectivamente de viruela del mono.
En 23 muestras adicionales, se ha determinado que es viruela no humana, pero se espera la secuenciación del virus para confirmar el tipo específico.
La Comunidad de Madrid ha cerrado el sauna Paraíso por motivos sanitarios, al considerarlo un “foco de contagio” de esta enfermedad, según informó la Consejería de Sanidad.
El consejero, Enrique Ruiz Escudero, ha señalado que la mayoría de los casos reportados en la región están relacionados con este foco.
Hasta ahora, el protocolo establecido por las autoridades sanitarias del país se centra principalmente en el aislamiento y la vigilancia médica de todos los casos sospechosos o confirmados.
La viruela del mono es considerada una enfermedad rara por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es endémica de África central y occidental.
Los funcionarios de este organismo internacional están preocupados por la posibilidad de que la enfermedad se propague rápidamente por Europa con la llegada del verano y el aumento de actividades masivas y festivas asociadas.
El Ministerio de Sanidad español ha indicado que la principal vía de transmisión de persona a persona son las grandes gotas respiratorias, así como el contacto directo con fluidos corporales, secreciones infectadas u objetos contaminados, como la ropa.
Además, puede transmitirse de madre a hijo a través de la placenta.
Los síntomas incluyen fiebre, escalofríos, adenopatías inguinales y lesiones cutáneas en la cara y en las manos.