¿Cuáles son las canciones en tu lista de reproducción? | Cuba Noticias 360

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Texto: Jorge Suñol

Este texto podría titularse “Dime lo que escuchas, y te diré quién eres”, aunque eso suena un poco exagerado. Algunos realmente se parecen a la música y a los artistas que “reprodugen” sin cesar en sus auriculares, mientras que otros no tienen nada que ver con su lista de reproducción, especialmente si consideramos su temperamento o esa idea errónea de que tu profesión define tu estilo y gustos musicales. ¡Vayan a revisarse eso!

Puedo hablar sobre este tema hasta el próximo mes, pero no quiero aburrirlos. Tampoco voy a juzgar si me muestran sus teléfonos y resulta que disfrutan tanto de Billie Eilish como del “profeta” de los durakos, Chocolate. Lo digo por experiencia propia; vayan a ver mi lista y se sorprenderán.

No tengo ningún problema en admitirlo, aunque pase de lo sublime a lo ridículo y tenga un cierto sentido para distinguir lo bueno de lo malo. Soy de los que piensan que es saludable escuchar de todo. No soy el único que lo dice; los psicólogos también lo afirman, en esa variedad está la esencia de la grandeza.

Quizás te hayan llamado loco, friki, farandulero, o te han tildado de “pijo” por preferir el pop colorido de Taylor Swift y Katy Perry. Tal vez lo tuyo sea a lo Yomil y El Dany, o prefieras un estilo vintage con The Beatles o Elvis Presley.

Ahora que voy cumpliendo años, me vienen a la mente recuerdos de quemar RBD, Clan 537, Backstreet Boys, Candyman, The Black Eyed Peas, Camila… la lista es interminable. Pero de esos artistas solo queda la nostalgia y, con cada reproducción, la oportunidad de volver a esos años en los que era aún más inquieto y rebelde.

A ti quizás te encante “Tusa”, la de Nicki Minaj y Karol G, bailar hasta la madrugada con Bad Bunny o El Kamel, o sentirte de color rosa con Ariana Grande, o volverte loco con Cimafunk, o coquetear demasiado con Natti Natasha y Becky G. Hay música para todos los gustos.

Muchos escuchan música para divertirse, se identifican con estribillos llamativos, eróticos, pegajosos, y siguen las tendencias en redes sociales y las listas de éxitos, para no romper la línea y seguir siendo “top”.

Puede que no haya mencionado a ninguno de los artistas que te gustan, pero, siempre que el fanatismo no comprometa tu verdadera personalidad ni afecte tu sentido común: sube la canción, cierra los ojos y canta a todo pulmón si te la sabes. Al final, de eso se trata, de darle respiros al alma, de relajarse, de olvidarse a veces de todos los problemas: hacer de la música un refugio.

Tampoco tengo la autoridad para recomendar artistas o canciones. Sé, de sobra, que eso no se impone. Es mejor y más placentero dejarlo al gusto de cada uno. Escoge tu pista, ponte los audífonos y construye tu propio mundo. Pero no invadas el espacio de los demás, sé independiente y celoso con tu música. Deja la bocina en casa.

Lo cierto es que, al igual que la moda, los gustos musicales van y vienen en temporadas; algunos se reciclan y nos acompañan hasta que somos viejos.

Aunque hay algunos que nunca pasan de moda, nos quedan las canciones memorables, las más ridículas, las más cursis, las incoherentes, las repetitivas, aquellas cuya letra es miserable, pero que de todos modos no puedes evitar bailar porque suenan bien.

Existen canciones que son casi orgásmicas, que pueden hacerte llorar o reír. Por eso, cada vez que me levanto, me inundo de música, sea la que sea, según cómo me sienta. Hay quienes escuchan rock para relajarse y otros que se estresan con Beethoven. No hay nada más apasionante que disfrutar hasta las lágrimas de un concierto lírico y luego sudar en la pista de baile. Ahora, sin reservas, te invitamos a compartir qué es lo que escuchas.

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