El “proceso de rectificación de errores” que comenzó con el luchador Mijaín López en la elección de los mejores atletas del año debería también abarcar al boxeador Arlén López. Aunque la relevancia deportiva y política de Mijaín supera a la del púgil guantanamero, la injusticia hacia este último parece ser más notable.
En Pinar del Río, el análisis erróneo que equiparó la categoría “Acontecimiento del Año” (que se le otorgó al grequista cuatro veces oro olímpico) con la de “Atleta del Año” (concedida al boxeador Roniel Iglesias) desató, en primer lugar, la contundente protesta del llamado “Gigante de Herradura”.
En resumen, Mijaín expresó su desconcierto por el hecho de que, a pesar de haber sido elegido como el mejor atleta de Cuba y reconocido por Panam Sports, además de ser una de las figuras destacadas de los Juegos Olímpicos de Tokio, no recibiera ese reconocimiento en su provincia natal.
Asimismo, mencionó que no contaron con él en ninguna ceremonia de premiación. Finalmente, los pinareños corrigieron su error y decidieron –probablemente tras consultar previamente con el luchador– compartir el galardón entre López e Iglesias, para así remediar la situación.
Por primera vez en la historia de estas elecciones en Cuba se ha revertido una votación de este tipo. Sin embargo, la justicia aún no está completa. Falta otro López.
La rectificación a favor de Mijaín López en Pinar del Río podría motivar a los guantanameros a reivindicar justicia para su campeón olímpico, lo que contribuiría a mejorar la imagen de la prensa deportiva especializada.
