Foto: Jose Cabezas / Reuters
Nayib Bukele, el presidente salvadoreño, ha estado en el centro de la atención desde su llegada al poder. A sus 39 años, el político que captó las miradas en 2019 durante la Asamblea General de la ONU al tomarse un selfie en el estrado, ha actualizado nuevamente su biografía en Twitter, donde hoy se autodenomina “el dictador más cool del mundo mundial”.
El pasado domingo, Bukele había cambiado su perfil para describirse como «Dictador de El Salvador», y ahora ha optado por un enunciado más irónico que parece burlarse de las críticas que ha recibido.
Esta modificación en su perfil es una respuesta a las acusaciones que le han llegado tanto de la población como de la comunidad internacional debido a su intención de reformar la constitución con el fin de extender su mandato.
El presidente ha lanzado una iniciativa para eliminar el Tribunal Supremo Electoral, en un intento por alargar su permanencia en la presidencia de El Salvador, lo que ha generado una fuerte controversia.
Recientemente, cientos de salvadoreños se manifestaron en las calles contra Bukele, criticando decisiones como la adopción del bitcoin como moneda de curso legal, en protestas en las que se le tildó de “dictador”.
Frente a estas manifestaciones, Bukele ha respondido en intervenciones televisivas, afirmando que el pueblo se alzó “contra una dictadura que no existe”.
Lo cierto es que su estilo de gobernar se aparta de las convenciones y se caracteriza por posiciones que distan de lo políticamente correcto, lo que le ha granjeado tanto seguidores como detractores en toda América Latina.
Como iconoclasta en el ámbito político, Bukele ha utilizado las redes sociales, especialmente Twitter, para jugar con las nociones de autoritarismo, como lo demostró en enero al compartir una imagen del almirante general Haffaz Aladeen, el personaje de la película estadounidense «El dictador», interpretado por Sacha Baron Cohen.
A pesar de sus controversiales decisiones económicas y su evidente deseo de mantenerse en el poder, Bukele sigue gozando de un amplio apoyo entre los votantes salvadoreños.
