Fotografías: Alain Lázaro Gutiérrez
Redacción: Darcy Borrero
Miami.— Este 4 de julio, los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Estados Unidos, simbolizando la celebración de los 245 años desde la declaración de independencia de la nación. Desde Washington DC, la capital, hasta los rincones más remotos, los estadounidenses levantaron sus banderas a pesar de la bien conocida polarización entre republicanos y demócratas.
El presidente Joe Biden, desde su primer día en el cargo, ha intentado reducir las distancias políticas, asegurando que sería un líder para todos los estadounidenses, sin importar su afiliación partidaria.
“Hoy, observamos los resultados de la unidad de propósito que estamos construyendo en nuestra nación”, publicó ayer el demócrata.
Continuó: “… Juntos, estamos venciendo a este virus. Juntos, estamos reviviendo nuestra economía. Y juntos, rescataremos a nuestro pueblo de la división y la desesperanza”.
Las reacciones al mensaje fueron variadas. Algunas personas respondieron con respeto y apoyo, mientras que otras expresaron su desacuerdo de manera contundente, evidenciando que la libertad de expresión y la diversidad de opiniones son inherentes al ser humano.
“Gana una verdadera elección”, escribió un usuario, y otros le pidieron a su administración que dejara de “detener a personas por posesión de marihuana”, mientras que desde el otro lado, algunos expresaron: “te amamos, Joe”.
No obstante, el mensaje de unidad y reconciliación nacional quedó reflejado en el tuit del mandatario, quien ha defendido un mayor control sobre el acceso a las armas, a la vez que continúa llevando a cabo operaciones militares en Oriente Medio.
El 4 de julio, además de ser un día de celebración, también representa un momento en que los estadounidenses manifiestan sus diferencias mientras abrazan la libertad de una tierra forjada por la migración, que hoy cuenta con más de 328.2 millones de habitantes.
Los inmigrantes, incluidos los cubanos naturalizados, celebran esta fecha con entusiasmo, y no es inusual verlos ondear banderas estadounidenses y disfrutar de fuegos artificiales.
En Miami, hogar de miles de cubanos— de acuerdo con el Censo de Estados Unidos, entre 2010 y 2017, la población de Miami-Dade de origen cubano creció casi un 21%, sumando aproximadamente 120,000 personas—, los fuegos artificiales fueron abundantes. Además, fue un día soleado tras varios días de lluvia durante los cuales los rescatistas de Surfside hicieron su labor. La ciudad, donde el presidente acudió la semana anterior para brindar consuelo tras el colapso de un edificio, se sintió más vibrante.
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Como es costumbre, en las embajadas estadounidenses alrededor del mundo, los representantes del país emiten mensajes especiales. Esto no fue diferente en el caso de Timothy Zúñiga-Brown, encargado de Negocios de la embajada de EE.UU. en Cuba, quien afirmó en español que la Declaración de Independencia de su país habla de “verdades evidentes, como el derecho fundamental de todas las personas a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad … Siempre hemos recurrido a estas palabras en busca de inspiración y guía… Estamos con aquellos que buscan la libertad de expresarse, escribir, pintar, publicar, rezar o simplemente pensar por sí mismos. Estamos con quienes quieren señalar las malas acciones y la mala gestión, con la esperanza de que su país sea un lugar mejor. Estamos con los emprendedores cubanos que se esfuerzan por mejorar sus vidas, trazar su propio rumbo económico y crear oportunidades donde escasean”.
“Estamos con aquellos que creen, como los padres fundadores de EE.UU., que el poder debe estar en manos del pueblo”, subrayó. También enfatizó que los lazos entre los pueblos de Cuba y EE.UU. son indiscutibles.