El bitcoin continúa su imparable descenso, cayendo a más de la mitad de su máximo histórico de 64,854 dólares registrado en abril, hasta situarse en unos 30,000 dólares. Según la revista Forbes, la fortuna de 12 magnates de las criptomonedas se ha reducido de 62,300 millones a 46,800 millones de dólares en tan solo nueve días.
Por ejemplo, Sam Bankman-Fried, fundador de la firma de comercio de criptomonedas Alameda Research, ha sufrido las pérdidas más significativas, con su fortuna desplomándose de 16,700 millones a 11,500 millones de dólares. Asimismo, los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss, creadores de la plataforma de criptomonedas Gemini, han visto disminuir su riqueza en 2,900 millones de dólares.
No obstante, el que ha experimentado la mayor pérdida en términos porcentuales es Michael Saylor, propietario de la empresa de análisis y business intelligence Microstrategy. En nueve días, este multimillonario ha perdido el 45% de su fortuna, que estaba estimada en 3,300 millones de dólares cuando el bitcoin alcanzó sus máximos históricos.
La plataforma Business Insider ha puesto de relieve que el impacto en las criptomonedas también ha afectado a Ethereum, la segunda criptomoneda por capitalización de mercado, que ha perdido un 20% hasta el 18 de mayo; y a Litecoin, que ha caído un 30% en una semana.
Este terremoto también está repercutiendo en una de las principales plataformas de comercio de criptomonedas, Coinbase, que había tenido una exitosa salida a bolsa en abril, pero ahora se encuentra arrastrada por la caída de las divisas. Las acciones de la plataforma, que cotizaban por encima de los 300 dólares el 11 de mayo, se sitúan actualmente en 248 dólares, lo que representa un descenso del 17% respecto a su valor inicial y su precio más bajo desde su debut en bolsa.
Muchos analistas han comparado el mercado de las criptomonedas con una montaña rusa. Rory Cellan-Jones, corresponsal de Tecnología de la BBC, comentó: «A menos que el bitcoin se pueda usar para comprar un sándwich, o que tus amigos lo acepten para pagarte una comida en un restaurante, es probable que continúe siendo solo un patio de recreo para geeks y apostadores».