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El poeta cubano Reiniel Pérez Ventura fue galardonado con el Premio de Poesía de la Fundación Loewe este jueves en el Hotel Palace de Madrid, España.
A la edad de 23 años, Pérez se ha convertido en el poeta más joven en recibir este premio gracias a su obra “Las sílabas y el cuerpo”, que el jurado del certamen calificó como un texto “unitario y rítmico, un poema en partes, con gran soltura expresiva y voluntad de innovación”, según un comunicado del periódico La Vanguardia.
De acuerdo con una nota de prensa citada por el mencionado medio, Jaime Siles, integrante del jurado en esta edición, destacó que “Las sílabas y el cuerpo es un libro sorprendente por la cohesión de sus diez amplios movimientos, mantenidos en un tono, tipo de verso y temperatura de lenguaje admirables”.
En su discurso de aceptación, Pérez habló sobre sus influencias literarias, entre las que se destaca el escritor uruguayo Mario Vargas Llosa. Además, amplió sobre la importancia de la literatura en su vida, citando un fragmento de “Conversación en La Catedral”: “Hay un momento en que le dicen a Zavalita (el protagonista) que la poesía es lo más importante. Y yo me siento así: la poesía ha sido la vida para mí y siempre he pretendido juntar a las dos”.
La obra del poeta cubano fue seleccionada entre 1,976 obras presentadas por autores de más de 38 países. Para su elección, contó con el respaldo del resto del jurado, que incluyó a otras figuras notables de la literatura como Gioconda Belli, Antonio Colinas, Aurora Egido y su presidente Víctor García de la Concha.
En la ceremonia de premiación también estuvieron presentes figuras como las políticas Andrea Levy y Ana Botella, así como el escritor Sergio García Zamora, ganador del Premio Loewe en 2016, quien entregó el galardón a Pérez.
Al concluir el evento, el escritor cubano ofreció una lectura de algunos poemas de su libro en el Salón de Embajadores de la Casa de América, en Madrid.
La agencia estatal Prensa Latina (PL) tuvo la oportunidad de charlar con el autor santaclareño, quien admitió que en alguna ocasión consideró convertirse en deportista y, de hecho, practicó polo acuático.
Por ello, Pérez añadió a PL que “la poesía se nutre del movimiento y de la danza, y el deporte es algo vivo que resuma un instante, un pedazo de vida. Mi familia es realmente el centro gravitacional de mi creación, como mi propio universo cubano”.
Respecto a sus principales inspiraciones, mencionó a su abuelo, “campesino y sin formación escolar elevada, pero con una intuición innata por las palabras, con el repentismo y la décima, sencilla y precisa”. También citó a artistas como “Neruda, Huidobro, Baudelaire, Vallejo, Rimbaud, Lezama, Pessoa y, muy especialmente, José Martí en toda su dimensión de la escritura”.