Este no es «el juicio de George Floyd» reformulado.

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Comencemos con un punto clave: este es el juicio más significativo en décadas en Estados Unidos y aquí explicamos por qué. Desde el ángulo mediático, este proceso contra el exagente de policía de Minneapolis, Derek Chauvin, se convierte en el más relevante de la era de la transmisión en directo o “streaming”.

El imputado, según las proyecciones, podría enfrentarse a una sentencia de más de 40 años de prisión por la muerte del afroamericano George Floyd, ocurrida hace diez meses en la mencionada ciudad estadounidense.

Es importante recordar que el fallecimiento de Floyd provocó la mayor oleada de violencia racial en Estados Unidos desde el asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King, hace 42 años.

En resumen, más de 30 personas han perdido la vida a causa de los disturbios y saqueos, que han causado pérdidas de miles de millones de dólares y que casi desencadenan una grave crisis política cuando, el 2 de junio, el entonces presidente Donald Trump, decidió desplegar al Ejército en Washington.

Y toda esa enorme carga mediática, social, racial y política ha teñido el juicio desde antes de su inicio el pasado lunes. Existen opiniones encontradas. Un sector de los demócratas considera que Chauvin actuó motivado por el racismo, mientras que una parte considerable de los republicanos sostiene que lo que está en juego es la capacidad de las fuerzas del orden para llevar a cabo su labor y garantizar el orden público y el respeto a la ley.

Para disipar cualquier duda sobre el proceso, según lo informado por el general Eric Levenson a la cadena CNN: “Por primera vez en Minnesota, el juicio se transmitirá en vivo en su totalidad para adaptarse a las restricciones de asistencia por el Covid-19, brindando al público una visión del caso más importante de la era Black Lives Matter”.

El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mantiene «atento» a este evento, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien señaló que el caso de Floyd abrió «una herida» en EE.UU. y «exhibió a muchas personas en el país el tipo de injusticia y desigualdad racial que enfrentan muchas comunidades a diario».

La muerte de Floyd llevó a Biden a considerar la injusticia racial como «una prioridad» y a hacer de «la igualdad uno de los pilares» de su Administración, destacó Psaki.

Uno de los vídeos capturados por transeúntes, en el que se observa a Chauvin presionando su rodilla contra el cuello de Floyd, quien se quejaba de que no podía respirar hasta perder la conciencia, marcó los primeros días de este proceso penal.

El exagente enfrenta acusaciones de asesinato en segundo grado, con una posible sentencia de hasta 40 años; asesinato en tercer grado, con una pena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que conlleva hasta 10 años de prisión.

La argumentación de la fiscalía y de la acusación particular es contundente: Chauvin fue responsable de la muerte de Floyd. Por su parte, la defensa argumenta que la causa del fallecimiento fueron las drogas opiáceas y metanfetamina que el fallecido había consumido, las cuales son altamente perjudiciales para la salud, y que el policía actuó dentro de los procedimientos establecidos por las fuerzas del orden de Minneapolis.

Es importante resaltar que en Estados Unidos, la policía depende principalmente de los condados, es decir, de la autoridad administrativa más baja, y apenas existen fuerzas de orden a nivel nacional.

Por un lado están los argumentos legales, y por otro, la batalla en internet y en los medios. La familia de Floyd se arrodilló frente al tribunal de Minneapolis durante 8 minutos y 46 segundos, antes del inicio del juicio, y no lo hicieron solos.

Les acompañaban el reverendo Al Sharpton, ex candidato demócrata a la presidencia en 2004 y actual presentador de la cadena de televisión progresista MSNBC, y el abogado de la acusación particular, Ben Crump, quien minutos antes había declarado que «lo que se está juzgando aquí es cuánto hemos avanzado en libertad y justicia para todos en este país».

El temor a una nueva oleada de saqueos y protestas similares a las que siguieron a la muerte de Floyd, ha llevado a las autoridades a desplegar a 2,000 soldados de la Guardia Nacional en Minneapolis, donde se destruyeron decenas de edificios, incluido, de manera irónica, el restaurante mexicano donde trabajaba el fallecido.

Este no es “el juicio de George Floyd”, y los medios aún debate sobre cómo denominarlo.

“Las ideas sobre el uso excesivo de la fuerza, la reforma policial, la responsabilidad de las fuerzas del orden, la injusticia sistémica, y el trato a las víctimas afroamericanas por parte de acusados blancos… todos estos temas serán abordados y constituyen los elefantes en la sala, pero dentro del tribunal, nada de esto podrá eclipsar la carga probatoria del gobierno en este caso específico”, comentó la analista legal senior de CNN, Laura Coates. “Derek Chauvin es el acusado. No es el sistema de justicia estadounidense. Ni todos los agentes de policía.”

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