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Las mujeres artistas han estado sujetas a un perfil establecido, que abarca desde su imagen hasta su comportamiento en público. Por esta razón, cuando la cantante María Antonieta irrumpió en la escena nacional cubana en la década de 1980, no solo lo hizo con su imponente presencia física, sino también con una proyección feroz que ha mantenido, en consonancia con su apodo artístico: La Leona.
Nacida en Camagüey y radicada en Miami desde 2012, la intérprete sigue defendiendo la canción a través de su estilo distintivo, el cual desarrolló tras su paso por el coro del Teatro Musical de La Habana (1978-1980) y el Quinteto «Vocal 5» (1980-1982).
Como ha reconocido en múltiples ocasiones, grandes artistas femeninas de la época como Mirtha Medina le brindaron el impulso necesario para convertirse en solista. Los habaneros y visitantes aún recuerdan sus presentaciones en el Cabaret Copa Room del Hotel Habana Riviera con la Revista Musical «Que Viva el Ensayo», así como en el Cabaret Tropicana y el Cabaret Capri.
La leona es parte de una generación que convirtió el cabaret en una plataforma no solo legítima, sino también de prestigio y glamour en Cuba, heredera de décadas pasadas donde el teatro musical gozaba de gloria y promoción en la Isla caribeña, y también porque el público cubano podía acceder más fácilmente a estas experiencias.
Con su forma exuberante, María Antonieta hizo su debut en la televisión cubana. Con su larga melena y los diseños de vestuario creados por su expareja, el diseñador Abraham Rodríguez, formaron un dúo que buscaba expandir los horizontes y mentalidades nacionales hacia nuevas maneras de concebir y cultivar la canción cubana.
Probablemente, la intérprete fue una de las primeras en tener una imagen que se volvió icónica en toda la isla, sin necesidad de Internet. La foto de la cantante, donde su clásica y larga melena se cortaba y se expandía hacia los lados, en homenaje a Tina Turner y recreando de manera más fiel la imagen de leona, dio la vuelta al país y a muchos hogares cubanos. Así, junto a las imágenes de las modelos de las trusas Vanesa y el póster de Toqui, se sumó la poderosa imagen de esta mujer, feroz en el escenario con sus claros y delineados ojos azules.