El inicio de la pelota en Cuba definitivamente será extraño y diferente. Pero lleno de iniciativas que enriquecerán el espectáculo y le darán un nuevo impulso al béisbol en la isla. No hay ninguna duda de que la recientemente lanzada LX Serie Nacional de Béisbol tendrá ese matiz.
Luego, cuando se juegue el 75 y último partido de la fase clasificatoria, y claro que así será, habrá mucha alegría a pesar de todos los resultados según el fuerte pero necesario protocolo epidemiológico propio de los protagonistas del mejor espectáculo de deporte en Cuba, el Béisbol.
Seis meses de aislamiento después de la llegada de Coronavirus. Parecía mucho tiempo para resolver una temporada de pelota que, para evitar la propagación de la pandemia, tenía que desarrollarse así, a puerta cerrada. Pero todo el mundo es consciente de que esto es posible si se siguen las medidas sanitarias.
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No habrá congas, ni peñas, pero eso sí, a mucha distancia. Además, el evento se llevará a cabo en puro nasobuco (Tapabocas) para los jugadores que se encuentren en el banco. Solo se podrán realizar saludos con los codos, y con señas para los que están dentro del terreno de juego.

La primera y más importante es la protección de la salud de los jugadores, los entrenadores y todos los empleados involucrados en la serie. Esta es definitivamente la máxima que todos apoyamos.
En cuanto a la organización y adaptación a la escena internacional del béisbol, la Dirección Nacional de Béisbol (DNB), bajo la dirección de su Comisionado Ernesto Reynoso, ha preparado y puesto en marcha con cuidado un gran número de iniciativas particulares como nunca antes se había visto en una temporada de Cuba.
Por lo tanto, felicitamos de antemano los nuevos cambios. Especialmente con la necesaria reducción del tiempo de juego, que ha sido bien criticada a lo largo de casi toda la historia. Además, que ha sido una de las peticiones del Comité Olímpico Internacional a la Confederación Mundial de Béisbol de Softball si quiere mantener su estatus olímpico.
Mientras no haya corredores en circulación, se debe cantar una bola al lanzador que dure más de 12 segundos para hacer otro pase al plato después de que la pelota haya sido devuelta por el receptor. También se concede un strike al bateador que no entra en el área de bateo durante el tiempo. Estimado.
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Los pitching coach tienen cinco oportunidades de ver a su lanzador, pero también tienen su tiempo máximo. Esto ha sido muy gratificante. Ya que ir al montículo a conversar con el piche da mucha seguridad a quienes los necesitan en ese momento.

También hay que elogiar la decisión de la DNB de aceptar jugadores con contratos personales en ligas extranjeras. Pueden jugar con sus equipos provinciales siempre y cuando estén registrados y se inscriban antes del partido 60.
También es necesario acoger con satisfacción la sabia medida de que los refuerzos sólo pueden aplicarse para las semifinales y la final. Sin embargo, esto no aplica para los cuartos de final, donde ocho equipos avanzan a la última etapa y el primer equipo juega contra los octavos: 2-7, 3-6 y 4-5.
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Por ejemplo, los que han llegado al octavo o séptimo lugar tendrán dificultades para eliminar a un oponente que lo haya hecho mejor en las eliminaciones de 75 juegos, debido a la incapacidad de armarse.
Mientras tanto, en la búsqueda de un mayor espectáculo, también se ha aprobado algo que la prensa especializada lleva mucho tiempo pidiendo: Mayor libertad de uso de los campos en la temporada baja. Además, los partidos sólo se sellan en la oscuridad y no se declara ningún equipo ganador hasta el día siguiente.
Finalmente, es de aplaudir no sólo por la sabia decisión de DNB de elegir al jugador más valioso (MVP) de la semana, que está sucediendo en todas las ligas del mundo, sino también por el hecho de que todos los aficionados a la pelota en Cuba estarán involucrados y podrán votar digitalmente.