Directamente desde el Vaticano un nuevo escándalo es protagonizado por el cardenal Angelo Becciu, quien se desempeñaba como jefe de las oficinas de canonización. Al parecer un nuevo problema económico lo perjudica directamente.
Hasta ahora la Ciudad Santa no ha dado detalles de por qué permitió la renuncia del cardenal. Este jueves emitieron un comunicado en horas de la noche, en él solo se indicó que el papa Francisco había aceptado la decisión de dejar el puesto de prefecto en la congregación de las Causas de los Santos.
Además de aceptar la renuncia a los derechos como cardenal de una de las religiones con más feligreses en el mundo.
El cardenal se vería involucrado en un problema que relaciona al Vaticano con un acuerdo en Londres de bienes raíces. Problema que ha costado millones de dólares para la casa de Dios.
Mientras tanto la fiscalía del Vaticano ha colocado a distintos funcionarios bajo investigaciones, a fin de llegar al fondo del asunto. Por lo que Becciu niega que haya cometido alguna violación financiera.
No obstante, una de las últimas veces que recordamos el retiro de los derechos a un cardenal, fue a Theodore McCarrick en medio de otro escándalo, pero esta vez implicaba abusos sexuales.
Fue expulsado como sacerdote por el mismo Papa, pues violo a menores de edad.
Así mismo en el año 2015 el cardenal Keith O´Brien también renuncio después de que otros sacerdotes que permanecen en el anonimato revelarán sus abusos sexuales.
O´Brien falleció con su título, pues este nunca se le quitó.
Muchos han sido los bochornosos conflictos que han salido a la luz acerca de cómo algunos cardenales se aprovechan de sus habitos y privilegios para dañar a los demás.
Sin embargo, la situación es preocupante cuando no se hace nada al respecto o cuando el Vaticano decide hacer caso omiso a las denuncias.
¿A dónde va a parar el Santo Dinero del Vaticano?
La renuncia del cardenal ha sido prematura pues solo cuenta con 72 años de edad. Aunque todavía conservará el título de cardenal.
La realidad es que no podrá gozar de ninguna ventaja, pierde por ende la posibilidad de llegar a ser elegido como papa, en caso de un nuevo cónclave.
Tampoco puede trabajar en funciones internas del Vaticano, ni asesorar al pontífice que este de turno.
El marco de la investigación tiene en particular el nombre de Becciu por donde quiera que se mire. Desde hace un año se le ha seguido el rastro por supuestos montajes financieros para la compra de inmuebles en un prestigioso barrio de Londres llamado Chelsea.
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La situación supone que el dinero está siendo desviado a otro tipo de intereses con los que la Santa Sede no se identifica. Pero tampoco es así, pues la compra empezó un proceso en el año 2014 cuando el cardenal trabajaba en la Secretaria de Estado.
Para esta compra, el Vaticano estuvo de acuerdo, razón por la que Becciu defendió los fondos y le dio validez en múltiples entrevistas.
Para apoyar la investigación cinco de los empleados de la secretaria se encuentran en la mira de la fiscalía vaticana. El pasado mes de junio, un popular empresario fue arrestado por sospecha de estar extorsionando a la iglesia.
Todo por la compra de un edificio también en Londres, el hombre actualmente se ha puesto en libertad condicional.
Las revelaciones indican que el cardenal ha desviado los fondos en distintas oportunidades. Cantidades de miles de euros cayeron en una cooperativa gerenciada por su hermano en Cerdeña.
Este es tan solo un abreboca de muchas estafas y malversación de fondos que suceden dentro del Vaticano y que muchas veces involucran a los mismos familiares de los cardenales.
Los delitos en la santa sede se suelen resolver distinto al resto del mundo.
Por esta y otras razones es que poco escuchamos que un sacerdote es detenido o que tenga que pagar una condena por restringir las leyes, no solo de la iglesia sino de la sociedad en general.
