Conexión Wi-Fi en trenes cubanos: un proyecto que aún no se ha materializado.

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Foto: RL Hevia

Hace dos años, los medios estatales de Cuba anunciaban el inicio del servicio de wifi en los trenes nacionales del país, catalogándolo como un proyecto de I+D+i.

Pese a que la idea podría parecer irreal, dado el escaso desarrollo de la infraestructura y la capacidad tecnológica de la isla en el ámbito de las comunicaciones, las empresas responsables del proyecto afirmaban que ofrecería varios beneficios.

Entre los beneficios mencionados se incluían «la regulación y el monitoreo de las emisiones provenientes de estaciones radioeléctricas, la mejora de la conectividad y la experiencia del usuario en los trenes nacionales», además de la recomendación de fortalecer las medidas de seguridad para resguardar la red wifi y la privacidad de los usuarios, así como la formalización de acuerdos entre todas las empresas implicadas en el proyecto.

En octubre de 2024, esas mismas fuentes confirmaron que, durante las pruebas de campo realizadas, se registraron niveles de señal que variaban entre el 98 % y el 78 % en el interior, y un 60 % en el exterior, con velocidades de descarga entre 202 y 121 kBps, y velocidades de subida de 10 y 7 kBps.

Desde entonces, la información permaneció en un estado de incertidumbre hasta el día de hoy. Este martes, la prensa estatal informó que el proyecto «ha superado la fase de pruebas técnicas y está en proceso de definición de un modelo de negocio y adquisición de equipamiento», un aspecto que resulta ser uno de los más complejos del proceso.

Los especialistas afirmaron que «se llevaron a cabo las pruebas de campo utilizando el equipamiento adquirido específicamente para este propósito, lo que permitió calcular la cobertura de la red y evaluar posibles obstáculos técnicos».

A pesar de los numerosos desafíos, se indicó que el proyecto es «viable» para su implementación en Cuba, y para demostrar su factibilidad, se instalará el equipamiento utilizado en las pruebas en un coche-motor en la línea Mariel.

No obstante, se insinúa que este será un proyecto extremadamente complicado de llevar a cabo efectivamente, debido a las dificultades relacionadas con la cobertura y las zonas de silencio a lo largo de la línea férrea central.

Son más los inconvenientes que las ventajas que obstaculizan su desarrollo, especialmente en un país con una situación económica en la que no resulta prioritario destinar recursos considerables a la adquisición de equipos costosos para un servicio que ya es considerado «antiguo» en otras partes del mundo.

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