Foto: Cuba Noticias 360
En un contexto marcado por la proliferación de vertederos y el cuestionable saneamiento de las aguas, la central provincia de Sancti Spíritus ha reportado un aumento en los casos de hepatitis A al finalizar 2024, alcanzando aproximadamente 1,080 diagnósticos. Esta tendencia se ha mantenido al inicio del presente año, de acuerdo con declaraciones de las autoridades de Salud de la región.
Este notable incremento, después de una década de relativa estabilidad en los índices de la enfermedad, ha llevado a los especialistas a intensificar las acciones de control y prevención para reducir la incidencia de este problema, un esfuerzo que se ve afectado por las adversas condiciones ambientales y la escasez de recursos que limita el funcionamiento de la Salud Pública en Cuba.
La doctora Yurien Negrín Calvo, subdirectora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Sancti Spíritus, indicó que actualmente el diagnóstico se realiza de forma clínica, es decir, basado en las características del cuadro clínico de los pacientes, debido a que no hay suficientes reactivos para la TGP, el único examen de laboratorio específico que puede confirmar la hepatitis A.
“Casi todos los casos son presuntivos —afirma Negrín Calvo—, ya que carecemos de los medios de confirmación de laboratorio específicos. No obstante, la clínica y la epidemiología pueden ayudar en el diagnóstico. A esto se añade un número de enfermos que no consulta los servicios de Salud, lo que representa otro subregistro que resulta imposible contabilizar.”
De sus declaraciones se puede inferir que la magnitud del brote es aún más significativa de lo que reportan las autoridades de Salud, quienes continúan subrayando la urgencia de mantener la higiene a nivel familiar y comunitario, a pesar de que esta última no depende únicamente de la voluntad de los ciudadanos.
La responsabilidad recae tanto en la comunidad en su conjunto como en las instituciones estatales, que deben encargarse de la limpieza adecuada de los vertederos y microvertederos para prevenir la contaminación ambiental, así como resolver la delicada situación de la red hidrosanitaria, que enfrenta problemas de filtraciones, contaminación cruzada y la falta de un suministro continuo de agua.
Frente a estas amenazas ambientales y a la carencia de reactivos para confirmar la enfermedad, los expertos sugieren el uso sistemático de hipoclorito de sodio al 1 por ciento, una medida preventiva que se convierte en una de las pocas barreras de contención contra la hepatitis A.