La cantautora Teresita Fernández celebra sus 90 años | Cuba Noticias 360

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Muñeca de trapo soy,/muñeca de trapo,/juguete de mi corazón/que yo puse en tus manos./Juega, juega conmigo/que soy de trapo/y si lloro son lágrimas /de aserrín./ (…) No obstante, la recordada Teresita Fernández (Santa Clara, 20 de diciembre de 1922 – La Habana, 11 de noviembre del 2013), conocida como la cantora mayor, poseía una sensibilidad extraordinaria. Aquella artista dejó su dulce melodía a lo largo de varias generaciones de cubanos que la adoran desde la isla y fuera de ella. Hoy, celebraría sus 90 años si no hubiera partido de este mundo, dejando un legado de canciones infantiles que resuenan en el patrimonio musical cubano e internacional.

Pedagoga de vocación, y con un doctorado en su especialidad, Teresita tenía un don excepcional para aprender música de manera autodidacta. Desde su niñez, llevaba la guitarra como si fuera un fusil, de modo que a los 4 años ya hacía su debut en un programa radial de la emisora CMHI, en su ciudad natal.

Convertida en una joven de cabello claro y trenzas largas, Teresa Fernández García era la representación de la dulzura ingenua de quienes saben amar la naturaleza, a sí mismos. Tras sus días de estudios, regresaba a casa con algún gato ronroneando en su regazo, flores silvestres y todo tipo de objetos llamativos que encontraba en su camino. Aunque alteraran un poco el orden del hogar, su familia, eminentemente artística, ya reconocía en ella el diamante en bruto que eventualmente brillaría entre las leyendas de la cultura cubana.

A pesar de que su madre deseaba que se convirtiera en pianista, Teresita decidió dirigir sus pasos hacia La Habana para dedicarse plenamente a la trova. Se rodeó de figuras reconocidas como Bola De Nieve, las Hermanas Martí, y más tarde, José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz, quienes la acogieron como parte del grupo. Sin embargo, los medios de aquel tiempo no la promocionaron debido a que la consideraban una joven peculiar, un estigma que la acompañaría durante toda su vida.

Desde entonces, su formación y su trabajo se desarrollaron gracias a su voluntad y prestigio, solidificando un triángulo en la canción infantil latinoamericana junto a maestros como el mexicano Francisco Gabilondo Soler y la argentina María Elena Walsh. Cantó para los niños, celebró a Cuba, a la naturaleza y al amor, recordando las obras significativas como las Rondas de Gabriela Mistral: «Te llamas Rosa y yo Esperanza;/pero tu nombre olvidarás, porque seremos una danza en la colina y nada más» o el Ismaelillo de José Martí, reconocidas por los estudiosos de su obra.

Curiosamente, en La Habana, el primero en interpretar una de sus canciones fue el famoso representante de la música campesina Ramón Veloz. Este gesto pudo catapultar a Teresita a cantar sin reservas sus propias composiciones en varios círculos de la ciudad, las cuales llevaban ese aire de cubanía fusionado con su innegable amor por los niños.

Con el tiempo, Teresita Fernández se convirtió en una artista que encantaba desde sus presentaciones en el Parque Lenin, en el Centro Pablo y otros espacios. En la actualidad, la trovadora y cancionera infantil Liuba María Hevia se erige como ferviente defensora de su legado, trabajando para mantener viva la hermosa y didáctica obra de Teresita, que hoy en día, lamentablemente, no goza del reconocimiento que merece entre los más pequeños, quienes son influenciados por el dominio del reguetón y la escasa difusión de su música en los medios.

Sobre Teresita, vi una conmovedora nota en las redes de uno de aquellos niños que la siguieron: “Teresita Fernández es una de esas entrañables artistas cubanas sin la cual no hubiéramos sido los mismos, aunque a veces la sociedad nos empuja a abismos inciertos donde reinan los más oscuros sentimientos humanos”.

En este día de recordación, se han llevado a cabo merecidas citas culturales en La Habana, Matanzas, y algunos medios locales han rendido homenaje a su memoria, un tributo que nunca debió pasar desapercibido.

Y me voy ahora con el recuerdo de algunos de sus temas como Dame la mano y danzaremos, Mi gatico vinagrito, Tin tin…la lluvia, El grillito acatarrado. Y entonando aquella que no se olvida: “Amiguitos vamos todos a cantar/ porque tenemos el corazón feliz,/feliz, feliz, feliz, feliz, feliz…/

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